He querido aprovechar mi lectura reciente de La Bestia Estelar, de Robert A. Heinlein, para reivindicar al autor y una de las cuestiones que desarrolla tanto en este libro como en otros muchos: el legado. En el presente artículo quiero hacer una defensa del suyo como escritor.

Heinlein es un autor proscrito por la dictadura de lo políticamente correcto, sus ideas, pensamiento y su forma de ver la sociedad ya no son aceptables para el gran público (el que sigue leyendo, que no es tan grande como me gustaría). Nos inducen a pensar qué es lo correcto o qué no lo es, y pobre si te sales de los márgenes que te marcan y piensas por ti mismo.

Siempre que afirmo esto salta gente insultándome diciendo que es mentira, que Heinlein no está cancelado, pero la realidad es que, a pesar de que para mí es el mejor escritor de ciencia ficción de la historia, sus obras no se encuentran en librerías ni hay nuevas ediciones: está descatalogado. Sí encontrarás libros de H. G. Wells, Isaac Asimov o Arthur C. Clark, pero de él no. Solo se pueden conseguir libros de segunda mano, normalmente en un estado lamentable. Heinlein está condenado al ostracismo, hasta en su última edición en castellano de Tropas del Espacio, la cual salió debido a la película de 1997, el prólogo es una justificación lamentable para guardar las espaldas a la editorial.

La ciencia ficción es un género menor en España, pero no es así en todas partes. Además, es un género magnífico para leer lo que para mí son las mejores críticas a la sociedad contemporánea, pudiendo además hacerlo al amparo de una ficción, posibilitando que lleguen a un público mucho más amplio.

Podrás estar de acuerdo o no con la visión que Heinlein desarrolla en sus libros, ¿pero acaso se ha de estar de acuerdo con alguien para poder disfrutar de una novela? ¿Es necesario pensar igual al 100% que un autor determinado para poder entender, analizar y disfrutar de su libro? ¿Hay dos personas que piensen lo mismo en absolutamente todo? A mí los libros de Heinlein me hacen pensar y reflexionar sobre la realidad que nos rodea. Es un maestro de la literatura, premiado en vida con varios Premios Hugo. Su estilo es ágil, directo y cruento, sin medias tintas. Es el maestro del in media res, sus historias están bien estructuradas y con una gran profundidad en el desarrollo de los protagonistas de sus novelas.

Además, fue innovador aportando cuestiones como la creación de la infantería acorazada o mecanizada, que tanta repercusión ha tenido en el género de la ciencia ficción, incluido en videojuegos y películas.

Obras como Tropas del Espacio, Amos de títeres o Forastero en tierra extraña han marcado mi forma de escribir, influyéndome profundamente, ayudándome a obtener mi propio estilo como novelista. De hecho, mi última novela, Tiempos de infantería, es en parte un homenaje al que sin duda es mi escritor favorito.

Me he propuesto defender su legado y ayudar en la medida de mis capacidades a promover su obra entre las nuevas generaciones. En La bestia estelar, se habla de legado, en este caso familiar, y la importancia de cumplir con tu deber y de mantener tu palabra, aunque sea bajo la peor de las adversidades. Yo pienso que esto es ampliable a muchas cuestiones que trascienden a la familia, existen más legados que defender que el meramente familiar. Para mí, el legado cultural es el más importante de todos, y en los tiempos que corren es el que más está en peligro de desaparecer.

Recomiendo encarecidamente a todo el mundo al que llegue este artículo que le dé una oportunidad a Heinlein, creo que lo adecuado sería comenzar por el libro Tropas del espacio o por Amos de títeres, cualquiera de los dos os va a servir para ver la esencia y la maestría de este autor. También os aconsejo que leáis lo que queráis y que no dejéis que nadie os condicione en base a prejuicios estúpidos. No permitamos que la nueva inquisición condicione nuestro pensamiento y nuestras vidas.

Mi sección en Zenda: “El Baluarte”

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