Los anarquistas en la Guerra Civil

mayo 3, 2020 By robertovaquero Historia Política
Los anarquistas en la Guerra Civil

Antecedentes.
Ya antes de la Guerra Civil los anarquistas tenían una historia bastante amplia de ignominias, cobardías y lacayismo ante el estado, comentaremos sólo algunas de las situaciones más vergonzantes:
1. Durante la dictadura de Primo de Rivera disolvieron prácticamente la CNT y se dedicaron a esperar una mejor coyuntura legal, se acabó por un buen tiempo el espontaneísmo anarquista, los atentados, las huelgas y las insurrecciones, y respetaron la legalidad de la dictadura.
2. Tras la caída del gobierno de Primo de Rivera llegó la dictadura de Dámaso Berenguer ¿Qué hicieron los anarquistas al respecto? ¿Llamar a la insurrección para acabar con la dictadura? No, pidieron permiso para poder existir a nivel legal.
3. No realizaron acciones durante la dictadura, pero si decidieron hacerlo durante la República: sólo en los tres primeros años realizaron 4 insurrecciones. Sus actuaciones infantiles y sin sentido llevaron a que la reacción llegase al poder y diese comienzo el Bienio Negro.
Las columnas anarquistas. Papel en el ejército. Papel general en la guerra.
Los anarquistas siempre han sido el mejor ejemplo de desorganización, espontaneísmo e individualismo pequeño burgués que pueda pensarse, de modo que en su visión del ejército popular las cosas no iban a ser diferentes. Su visión de soldado era la del miliciano anarquista que va con su arma a luchar y luego se va a su casa a dormir, su disciplina era prácticamente nula al igual que su efectividad, este despropósito anarquista era antitético a la efectividad de las tropas comunistas, pero de ello hablaremos más adelante.
Las columnas anarquistas eran especialistas en huir en desbandada y regalar el frente a los fascistas. Durruti que era un anarquista honrado murió asesinado por uno de sus compañeros cuando estos huían en desbandada y él intentó evitarlo. Nos han intentado echar la culpa de su muerte a los comunistas, pero esto no puede estar más alejado de la realidad, a Durruti le mataron los anarquistas.
En la Guerra Civil hubo anarquistas honrados, muchos acabaron en las filas comunistas atraídos por la disciplina y corrección de sus postulados políticos. En sus bases existía gente sana y abnegada, sin embargo, la mayoría de sus líderes fueron bandidos, traidores, saqueadores y asesinos y debemos juzgarlos por los hechos, no por lo que ellos mismos decían de lo que supuestamente hacían.
Las columnas anarquistas son la página más vergonzosa de las fuerzas revolucionarias. Se dedicaron a robar, asesinar, oprimir y maltratar a los campesinos, eran muy valientes contra la gente que no podía hacer nada, sin embargo, contra el enemigo eran más propensos a salir corriendo. Ocultos en sus actividades de guerra robaban suministros y armas y las escondían en la retaguardia, condenando a las fuerzas republicanas a la escasez de armas y municiones, facilitando a los fascistas su accionar en la guerra.
Se opusieron vehementemente a la formación del Ejército Popular, como ya hemos dicho, preferían las tácticas panchovillescas. La disciplina para ellos era autoridad y por supuesto estaban a favor de la relajación de la misma.
Durante el desarrollo de la guerra organizaron levantamientos en múltiples ciudades y pueblos, por ejemplo, los casos de Málaga, Valencia y Aragón.
Como anécdota “graciosa” exponer el caso que se dio en el frente de Aragón, donde los anarquistas montaban partidos de fútbol con los fascistas, y si llegaba la aviación de cualquiera de los dos bandos todos juntos se refugiaban en la trinchera más cercana fuese de quien fuese, y como si no hubiese pasado nada. Este tipo de actos vergonzosos se repitieron a lo largo de toda la guerra.
Hay ciertos sucesos como el de la Telefónica en Barcelona y el consejo de Aragón que por la repercusión e importancia que tuvieron y que se les ha dado posteriormente es necesario tratarlos a parte.
Cataluña y la telefónica.
Los anarquistas campaban a sus anchas por Barcelona, hacían lo que querían, no respetaban ni en la guerra la legalidad republicana, actuaban como mafiosos, ocupando lo que querían e intimidando a quien querían.
En Cataluña existía una anomalía con respecto al resto del estado, el PCE era una fuerza muy pequeña, el partido “comunista” más grande era el Partido Obrero Unificado Marxista, POUM, que era muy crítico con la URSS. Era un partido trotskista, aunque criticado por el propio Trotsky, que trabajó constantemente en una labor de zapa en conjunto con los anarquistas, facilitando la victoria de los fascistas. Su papel fue claramente reaccionario durante todo el transcurso de la guerra.
El PCE en Cataluña fue hábil e inició un proceso que acabaría juntándoles con sectores socialistas, lo que permitió junto a su buen trabajo, que cuadruplicaran sus fuerzas convirtiéndose en una fuerza relevante, con capacidad para enfrentarse a los pistoleros anarquistas incluso en Barcelona. En este contexto comenzó la crisis de la Telefónica de Barcelona.
A esta crisis se le denominó “Los sucesos de Mayo”, que tuvieron lugar del 3 al 8 de mayo. Todo comenzó cuando la Generalitat intentó recuperar el edificio de la Telefónica, que es por donde pasaban todas las comunicaciones del Gobierno y de la guerra. Los anarquistas se jactaban de que podían escuchar y enterarse de todo, lo cual era más que contraproducente teniendo en cuenta que tenían un alto índice de infiltración de espías fascistas.
La persona enviada a recuperar el edificio con doscientos Guardias de Asalto fue Eusebio Rodríguez Salas, muy odiado por los anarquistas. Estos se lo tomaron como una provocación, y como dice la canción, comenzó el tiroteo. Se construyeron barricadas por toda Barcelona, se establecieron inmediatamente dos bandos claros, por un lado, los anarquistas y trotskistas haciéndole el juego a los fascistas (estos refiriéndose a “los sucesos de mayo” dirían que fueron sus provocadores los que consiguieron que la crisis se desatara) y, por otro lado, el Gobierno republicano y el PSUC, que dominarían la zona urbana situada al este de las ramblas.
El POUM se volcó en sus labores de zapa anticomunistas, lo que conllevaría que con el fin de “los sucesos de mayo” fueran prácticamente destruidos, llamando a la “revolución” (entre comillas, porque era entregar el país a los fascistas) antes que ganar la guerra.
Las columnas anarquistas que amenazaron con marchar a Barcelona, e incluso a Madrid decidieron no hacerlo en el primer caso por la insistencia de los líderes y ministros anarquistas que sabían que iban a ser aplastados y en el segundo, porque se les amenazó con bombardear sus columnas si iniciaban la marcha. Querían desguarnecer los frentes para intentar algo que ya era imposible, gracias entre otras cosas al papel del PSUC: ganar la situación en Barcelona.
El Gobierno central aprobó el envió de tropas. Ante esta noticia y los primeros desembarcos en Barcelona de tropas y la llegada de acorazados, los anarquistas empezaron a replegarse y apostaron por una paz sin vencedores ni vencidos. No obstante, la realidad fue muy distinta, los anarquistas fueron apartados de las esferas de poder como ya habían estado antes, aunque se mantuvieran incluso representados en el gobierno de la Generalitat ya nada sería igual, serian desde entonces minoritarios. El papel de los anarquistas dejó de ser determinante después de su clara derrota en “los sucesos de mayo”. Además, hay que tener en cuenta que el POUM fue prácticamente destruido. Este ha sido mitificado por culpa de gente como el escritor George Orwell, que falsificando la historia cuenta una visión falsa e idealizada de lo que allí sucedió: no fue una experiencia libertaria, fue un putch anarco-trotskista que nada tenía de revolucionario, y que además fracasó estrepitosamente.
El espíritu del 37 debe ser reivindicado, pero no el de los anarquistas, sino el de los militantes comunistas del PSUC que combatieron en una situación en principio desventajosa por defender la consigna de primero ganar la guerra, por defender la legalidad republicana, acumulando fuerzas para realizar una revolución en España. Una revolución real, material, no una que sólo existía en la cabeza de trotskistas y anarquistas y que en realidad entregaba el país a los fascistas.
El consejo de Aragón.
El otro gran episodio con los anarquistas en la Guerra Civil es la disolución del Consejo de Aragón. El Consejo de Aragón se encontraba dominado por la CNT, aunque en el Consejo había también otras fuerzas representadas como los socialistas, el PCE y republicanos, pero como contaban con la mayoría lo dirigía todo posiblemente uno de los criminales anarquistas más conocidos, Joaquín Ascaso.
Cuando se disolvió el Consejo se pudo ver a la luz del día a lo que se dedicaron Ascaso y compañía en su experiencia de “comunismo libertario”. Podemos resumirlo muy esquemáticamente en esta lista:
• Asesinatos de todos aquellos que suponían un incordio a los planes de Ascaso y los anarquistas.
• Expropiaciones forzosas e injustas que a punto estuvieron de forzar una insurrección campesina en plena Guerra Civil y cerca del frente.
• Acaparamiento de armas, las cuales eran escondidas para no llevarlas al frente y así tener el poder en la retaguardia.
• Robos continuos a la población, acaparamiento de estas riquezas.
• Sacaron vales para sustituir el dinero, lo que hacían en la práctica era quedarse con el dinero de los demás.
• Las riquezas expoliadas no se usaban para ganar la guerra sino para engrosar las cuentas en el extranjero de los líderes anarquistas.
• Se estableció un estado anarquista más reaccionario y autoritario que el anterior, hablaban del fin del estado teniendo policía, gobierno, funcionarios, etc.
Hay que tener en cuenta que según los anarquistas tenían el apoyo del pueblo, un gobierno estable y tres divisiones anarquistas que les defendían, entonces nos surge una pregunta: ¿Cómo fue posible que la 11a Brigada, las divisiones comunistas de Lister (como dicen ellos) fueran capaces de arrestar a más de 100 anarquistas y disolver el Consejo sin usar la violencia? Pues es muy sencillo, porque tal revolución anarquista nunca existió, lo que si existía era un régimen reaccionario odiado por la gente que no pudo ni soportar la cercanía a Caspe de la 11a Brigada y se desmoronó aún antes del edicto del Gobierno anunciando su disolución.
El día 10 de agosto de 1937, la 11a Brigada vio antes de hacer nada, como el Consejo se desmoronaba, sus líderes huían cobardemente, y sólo el reaccionario de Ascaso consiguió evadir los controles que estableció la 11a Brigada para evitar fugas. Lo que ellos llamaban despectivamente las divisiones comunistas acabaron en una mañana con la “revolución anarquista” sin hacer prácticamente nada. En los días posteriores descubrirían la verdadera esencia de estos anarquistas: como escondían las riquezas en huertos para sacarlas del país, como robaban incluso la comida a los campesinos, los cadáveres de supuestos que se habían pasado al enemigo (obviamente asesinados por ellos), en las sedes de la CNT y la Juventudes Libertarias se encontraron multitud de armas sustraídas del frente y de alijos de todo tipo, etc.
Muchos de los militantes honrados anarquistas pidieron unirse a la 11a Brigada, no podían creerse lo que estaban viendo, toda la verdad salió al descubierto.
Se ha criticado mucho, mitificado y criminalizado como fue la disolución. Los anarquistas hablan de muchos muertos, los cuales luego volvieron a la vida porque estaban detenidos y fueron puestos en libertad. Los republicanos y socialistas de derechas mandaron a Lister a disolver el Consejo porque sabían que podía haber resistencia y que se tendría que resolver con sangre, querían acabar con la fortaleza de los anarquistas, pero de paso quitarse de encima a los comunistas, criminalizándolos por la represión ejercida contra los anarquistas, matar dos pájaros de un tiro. Pero la apuesta les salió mal, pues, aunque le pedían sangre a Lister, la 11a Brigada supo no entrar en provocaciones, se mantuvieron firmes y el consejo se desmoronó con su sola presencia, el PCE salió reforzado, a Prieto no le funcionó la jugada.
Agitación anticomunista.
Otra actividad muy prodiga de los anarquistas (y que siguen haciendo vehementemente en la actualidad) es criminalizar lo que ellos llaman comunismo autoritario, el marxismo-leninismo. Durante toda la guerra hicieron una campaña continua de criminalización del Partido Comunista y de la Unión Soviética, no les importaba aliarsecon quien fuera, ni defender las tesis de cualquiera, lo importante era batir al enemigo autoritario comunista de la revolución social.
Como ejemplo no hay más que ver la Circular interna especial no 6 de la CNT, en la cual se emplaza a realizar una campaña contra el Partido Comunista en todos los frentes posibles y a aliarse con cualquiera que haya tenido problemas con este, da igual la naturaleza del conflicto. Aquí se ve el carácter de clase de la CNT, pequeñoburgueses que son capaces de lo que sea, incluyendo olvidarse de los principios, con tal de conseguir sus oscuros objetivos anticomunistas.
Intentos y asesinatos de revolucionarios.
Los pistoleros anarquistas actuaron ya con anterioridad a la Guerra Civil como auténticos mafiosos fascistas, pero durante el transcurso de la guerra sus actividades se acrecentaron.
Fusilaron sobre todo en Barcelona y en Aragón a todo el que se les oponía, pero también recurrieron al terrorismo individual contra dirigentes revolucionarios, unas veces tuvieron éxito, otras fracasaron de forma catastrófica. Por poner el ejemplo más famoso de todos, por su puesto y por la cantidad de intentos de liquidarle, mencionaremos los varios intentos de asesinato de Enrique Lister, dirigente del Quinto regimiento y del PCE, el cual no es santo de nuestra devoción por su papel posterior a la II Guerra Mundial, pero aquí sólo tratamos su papel en la Guerra Civil, el cuál consideramos que fue importante para los temas aquí tratados.
Principales intentos de asesinato:
1. Yendo de camino desde Madrid a Alcalá sufrió el tiroteo de su coche, no consiguieron su objetivo.
2. En la Castellana yendo en coche al Cine Monumental dos coches de anarquistas intentaron hacerle salir de la carretera y tirotearle.
3. El 14 de enero en el traslado de la oficialidad a Villaverde desde el frente un “control” anarquista paró el coche y le comunicaron que sabían quién era y que lo ibana fusilar por fascista y anti-anarquista, por su papel cuatro días antes de evitar la desbandada de los anarquistas del frente de combate. Por suerte llegó el coche de escolta y redujeron a los anarquistas. Después, según ellos todo había sido un error.
4. Saliendo del cuartel del 5º regimiento, a tan sólo unas calles, Lister fue apresado por cinco anarquistas, los cuales le desarmaron la pistola del cinturón y se le llevaron a rastras a una comisaría de policía que tenían los anarquistas, “enemigos” de toda autoridad, este comenzó a gritar quien era para que los vecinos lo oyeran y avisaran al cuartel del Quinto Regimiento. Los anarquistas, en su estupidez se reían diciendo que ya sabían quién era y se preparaban para darle “el paseo”. Cuando llegaron a la comisaría logró zafarse y sacar la otra pistola que llevaba escondida, la idea era vender cara su vida, llevándose a los que pudiera por delante en caso de necesidad, con el objetivo de ganar tiempo para que llegasen los soldados del 5o Regimiento. Cuando estos llegaron, comenzaron a asaltar la comisaría ante lo cual los anarquistas liberaron a Lister y se disculparon alegando que se habían confundido y que los culpables serían castigados.
Estos son sólo los casos más conocidos, pero hubo muchos más casos de intentos de asesinato de buenos camaradas. Lo que no eran capaces de ganar en combate (Aragón, la Telefónica, etc.) lo intentaban ganar asesinando en emboscadas y por la espalda, aunque nunca les sirvió de mucho, siempre terminaron perdiendo.
El golpe de Casado y los anarquistas.
Aunque hablaremos en otro apartado del final de la República, hay un par de datos que son necesarios de exponer aquí sobre el papel de los anarquistas en este golpe. Cuando se habla de este suceso mucha gente habla del golpe de los republicanos y socialistas de derechas a la República, vendidos a Inglaterra y otras potencias imperialistas que dejaron abandonada a España a su suerte, y sí, en parte es cierto, pero hay un par de cuestiones que deberían ser analizadas sobre la participación de los anarquistas:
1. En primer lugar, muchos de los militares que realizaron este golpe de estado eran anarquistas o simpatizaban con ellos. Por poner un ejemplo, Casado, traidor defenestrado por todos tenía el carnet de la CNT y con el tiempo se demostró que era un agente del imperialismo inglés.
2. Las tropas comunistas estaban en los frentes, no podían abandonarlos masivamente a los fascistas para combatir a Casado y sus aliados, aún así sólo los comunistas combatieron por la legalidad republicana, y muchos fueron fusilados por Casado antes de entregar España a Franco.
3. Sin embargo, la columna anarquista de Mera si abandonó el frente y los fascistas les dejaron pasar sin combatir, sabían bien lo que iban a hacer, en el fondo estaban a su servicio.
Los anarquistas tuvieron buena parte de la culpa de la derrota de la República, y eran parte importante del golpe de estado de Casado que facilitó la implantación del fascismo en España, su izquierdismo, infantilismo e individualismo hacía que en múltiples ocasiones les hicieran el trabajo sucio a los fascistas.
Subvenciones no, pero reparaciones sí.
Este asunto es más actual pero aún así está relacionado con la Guerra Civil y con la catadura moral de los anarquistas. La CNT anuncia orgullosa que no acepta subvenciones, que la afirmación de Lenin de la necesidad de aprovecharse del estado burgués para acumular fuerzas y luego destruirlo son tonterías, cosas de burócratas, ellos son los más puros, los únicos revolucionarios (más bien, eso se creen ellos, porque de revolucionarios no tienen nada), no entienden que hay que emprender la lucha en todas sus variantes para conseguir el objetivo final, la revolución socialista.
Lo curioso viene en que no creen en el estado ni en aprovecharse de él, pero si creen en poner denuncias por el sistema judicial burgués para que les devuelvan el patrimonio que perdieron tras la pérdida de la guerra y el establecimiento del régimen fascista. Les han dado varios millones y aún así no les parece suficiente, por eso su nuevo lema debería ser “Ni subvenciones ni liberados, pero reparaciones si”, se les llena la boca de revolución y luego aceptan 5,7 millones de euros y varios inmuebles y aún así siguen pidiendo más. De hecho, les han tenido que dar 1,4 millones más recientemente , en total más de 7 millones de euros e inmuebles varios, aquí está la verdadera esencia del anarquismo español: digo una cosa y luego hago otra. Son la vergüenza del país.
Este extracto forma parte de mi libro “Historias de la España revolucionaria”