Hace unos días, uno de los voceros del Gobierno y de la izquierda posmoderna y reformista más putrefacta, Antonio Maestre, sacó a la luz un artículo deplorable sobre la situación sanitaria y política en Madrid, lo tituló Los madrileños son gilipollas.

A este autodenominado “experto” o conocedor del marxismo parece que se le ha olvidado, o ni siquiera conoce, un término de una vital importancia para analizar la situación actual: la alienación. El Partido Popular no gana en Madrid porque la gente sea gilipollas, gana porque vivimos en el capitalismo en España bajo una dominación democrática.  El instrumento principal para mantener el control bajo esta dominación es la alienación, la cual es económica, pero de la que se derivan otras, como la política. Si el nivel de organización de la clase obrera fuera mayor, las organizaciones revolucionarias fuesen más fuertes y pudiéramos elevar el nivel de concienciación de clase de forma general, esto no pasaría.

Pero es curioso que Antonio Maestre, que es un mamporrero del sistema, se atreva en su ignorancia a insultar a otros, cuando la alternativa que él propone es la otra cara de la moneda, la izquierda progre, vendida y reformista que no da solución a ninguno de los problemas de los trabajadores. Además, es un defensor del posmodernismo ideológico, la ideología del capital que se disfraza de revolucionaria para destruir la organicidad y combatividad obreras, diluyéndola en un sinfín de “luchas” sin sentido, que facilita que los trabajadores puedan caer en la demagogia de la ultraderecha a la que él dice enfrentarse.

Solo hay que recordar el artículo infame que realizó, en el que afirmaba que el ejemplo de revolucionario en la actualidad era Greta Thunberg y una chica transexual por el hecho de serlo. ¿Se puede denigrar uno a sí mismo más que él diciendo esto? Y encima tiene el valor de decir que lo interpreta desde el marxismo. Este falsificador y demagogo no tiene nada que ver con el comunismo.

Luego, me llama la atención lo servil que puede llegar a ser del Gobierno central. Realiza una crítica que desde mi punto de vista se queda corta de la gestión del Partido Popular en la comunidad, lo cual me parece correcto, pero se le olvida criticar a sus jefes del Gobierno. ¿Acaso el Gobierno del PSOE y Podemos no lo han hecho mal durante la pandemia? ¿Dónde se deja la objetividad Antonio Maestre? Yo lo tengo claro, en el mismo sitio donde están sus conocimientos de marxismo: en la nada.

Es mucho más fácil llamar gilipollas a todos los madrileños que analizar de forma materialista y científica las cosas, si puede ser un listo y quedar bien con sus patrones haciendo populismo y demagogia barata, para qué va a hacer más.

Unos tweets y a dormir, esa es su dinámica. Él es feliz. Nosotros seguiremos confrontando con aquellos que defiendan la degeneración ideológica y el servilismo a los Gobiernos del sistema, sean de “izquierdas” o de derechas.

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